El jardín, de Ismael Grasa
(Xordica, 2015)
Ocho años después de Trescientos días de sol (Xordica, 2007) vuelve Ismael Grasa a un campo en el que se movía con soltura y oficio: el relato. En El jardín vuelven a aparecer algunos de los paradigmas de Grasa, la exposición de unas vidas rutinarias que tienen anhelo de dejar de serlo. En esta galería de personajes en busca de una salida encontramos vigilantes, vendedores de periódicos, oficinistas, mujeres desamparadas, etc. Una excelente colección de cuentos.

Para Isabel. Un mandala, de Antonio Tabucchi (Anagrama, 2014)
La primera novela póstuma que se publica de Antonio Tabucchi, el gran enamorado de Lisboa, donde vuelve una vez más para hablar de los desaparecidos de la dictadura de Salazar por medio de una mujer llamada Isabel que desapareció el día que fue arrestada. Muchos años después, Tadeus intenta recuperarla del olvido y contar una historia colectiva por medio de la historia individual de Isabel, a la par que se busca a sí mismo. Escrita en 1996, sale ahora a la luz.

Examen final, de José María Pérez Álvarez (Trifolium, 2014)
Sería interesante comparar la última novela de Pérez Álvarez con esas obras de autoficción que con tanta frecuencia encontramos últimamente en la sección de novedades de las librerías. En lugar de la recopilación más o menos ejemplar de vivencias nítidamente biográficas, el narrador gallego nos ofrece un perverso juego de espejos protagonizado por un escritor cuyos puntos en común con él se enredan en un inextricable ovillo de obsesiones literarias. Examen final es un monólogo en segunda persona donde el narrador, encerrado en los límites de su vivienda, se dirige a sí mismo para afirmarse y contradecirse, condenarse y reivindicarse. Un universo opresivo en el que comparecen una esposa que lo odia, una agente que lo desprecia, unos hijos ausentes, un par de amantes ocasionales e incluso una cucaracha, a medio camino entre la de Kafka y la de Lispector, víctima de un paródico acto sacrificial. Una obra exigente y sin concesiones, como la misma escritura que practica, entre obstinado y resignado, su protagonista.

Escritor en guerra. Correspondencia y diarios (1936-1943), de George Orwell (Debate, 2014)
Tras la excelente edición (en formato y contenido) de los Ensayos del mismo autor (en el año 2013) llega al mercado esta segunda parte que muestra su trabajo periodístico y su correspondencia personal en los años de la Guerra Civil y de la Segunda Guerra Mundial. El estupendo trabajo de recopilación de estos materiales (de tanto interés histórico y literario) se ve además reforzado por dos muy buenas introducciones a cargo de Peter Davison y del profesor Miquel Berga. Publicado en un formato fantástico (buena encuadernación, tapa dura) es Escritor en guerra el libro ideal para acompañarnos en un viaje, en unas vacaciones, de camino al trabajo. Una gran noticia.

El cura y los mandarines, de Gregorio Morán (Akal, 2014)
Precedida de la polémica originada por la negativa de Planeta a publicar un libro que ya había pagado, debido a las once páginas que hablan de la RAE (que no son las más impactantes), la obra de Morán, como reza su subtítulo: «Historia no oficial del Bosque de los Letrados. Cultura y política en España 1962-1996», ofrece una amplia perspectiva sobre la oficialidad cultural desde 1962 (año del «Contubernio» de Múnich y de la publicación de Tiempo de silencio, de Martín-Santos) hasta la consolidación de la democracia y sus nuevas formas de control cultural. Morán ahonda en los datos, en las biografías y en las relaciones para evitar el triunfo de ciertas hagiografías y algunas tendenciosas pérdidas de memoria. Un libro llamado a convertirse en un referente para todo aquel que quiera conocer el who is who que detentó el poder cultural en el tardofranquismo y en la transición.

Tapia con mirlo, de José Ángel Cilleruelo (Prensas de la Universidad de Zaragoza, 2014)
La voz poética de Tapia con mirlo no tiene certezas, sino presentimientos. No invade un lugar, más bien se aproxima: viene de un territorio incierto y se queda a mitad de camino, lo que proporciona al lector un final múltiple, siempre inconcluso. Se mueve a través de escenarios diversos, encajados con la maestría de quien sabe nombrar el lugar y profundizar en sus posibilidades. Con el talento, en fin, de quien dota de un idioma a lo que no tiene lenguaje. Cillueruelo consigue levantar un universo que en su vaguedad se hace fuerte. Un territorio perdurable, intenso, erigido desde el misterio de lo que no es, en apariencia, misterioso. Una nueva lección poética del autor barcelonés.

Rocío para Drácula, de Fernando López Guisado (Vitruvio, 2014)
A través de tres libros con voces poéticas diferentes («El beso del Demiurgo», «Monstruo en prácticas», «La captura de lo invisible»), López Guisado conjura a los monstruos clásicos a través del gótico y la poesía para construir un recorrido por su imaginario, donde el mal primordial, la búsqueda, la fatalidad y el juego a través de la intertexualidad con otros autores y lectores logran una obra con una voz propia, exploradora del abismo.

Poesía, situación irregular, de Enrique Lihn (Visor, 2014)
Que el chileno Enrique Lihn es una de las voces más importantes del siglo XX es indudable, con una poderosa influencia en los poetas hispanoamericanos y con la renovación del lenguaje y la desconfianza hacia el mismo como ejes centrales. La edición que nos presenta Óscar Hahn, una selección de sus obras fundamentales bajo el título que retoma uno de sus poemarios más importantes (París, situación irregular), es una privilegiada puerta de entrada a su poesía.
