Mala cosa, escribir

Y el humor, ¿qué nos dice del humor? Es fundamental en sus novelas.

Mira, vivimos en unos tiempos en los que hay que etiquetar las cosas para venderlas, decir: ¿Qué es esto? Me parece que fue Jorge Herralde el que dijo que yo era una inesperada colisión entre Kafka y Buñuel. Qué más quisiera yo, ¿no? […] Y no sé, ¿por qué renunciar al humor? Esa es la inesperada colisión entre lo que lees, lo que te dicen y lo que esperas y resulta al leer. La diferencia entre lo que tú esperas y lo que finalmente resulta es lo que produce el humor. Además, ya te digo, muchas veces escribimos y no sabemos por qué, por esas fuerzas que te empujan, que te llevan, que te arrastran. Y realmente los mejores críticos, los críticos buenos, son los que pueden hacer un psicoanálisis perfecto del autor, ¿no? Descubrir por qué escribes esto. Qué es lo que hay detrás de ti. Pero a mí no me interesa. Yo escribo y me desahogo.

2,1

Porque usted es un estilista; ¿elabora constantemente lo que escribe?

El autor y su personaje hay un momento de la historia en el que coinciden: al final de la novela, cuando pongo fin. Pero, ¿qué pasa? El personaje se queda atrás y yo sigo avanzando, ya no coincido con él, y entonces es cuando tienes la obsesión de corregir. En fin, todas esas cosas. He trabajado mucho, ya se nota, tenía que haber salido a andar, a hacer deporte. Me divierto. Pero al mismo tiempo te obsesionas, porque cuando escribes tienes que estar continuamente pensando en lo que haces, y es una obsesión. Mala cosa, escribir. Mala cosa.

(Entrevista a Javier Tomeo, por Iván Humanes. En Quimera. Revista de Literatura, junio de 2013).

La pornografía del alma

No haces concesiones. Tienes una personalidad fuerte. Intimidas. ¿Qué tienes que ver en alguien para que te interese?

He perdido el interés por las personas. Sólo me interesa la descripción de las personas. Creo que es una venganza por tener que soportarlas. Me canso enseguida.  No encuentro a gente con la que odiar las mismas cosas. Hay que odiar las mismas cosas y reírse de las mismas cosas para entenderse. No hay seres excepcionales o grandiosos. Con Marina Abramovich me reí mucho, por ejemplo; tal vez ella sea excepcional y grandiosa.

¿Por qué asusta la pornografía del alma?

¿Asusta? A mi es lo que me hace sentir bien. Fassbinder me hace sentir bien. Pasolini me hace sentir bien. Bukowski me hace sentir bien. Houellebecq me hace sentir bien. Tennessee Williams me hace sentir bien. La pornografía del alma me ayuda a vivir.

(Entrevista a Angélica Liddel, por Ana Vidal Egea. En Quimera. Revista de Literatura, junio de 2013).

La música del idioma

¿Cómo vivió el  proceso de traducción de las obras de Saramago

Con un enorme sentido de la responsabilidad. Con miedo, perdón, con pavor, porque no quería empequeñecer al autor pero era, soy consciente de que entre autor y traductora media un mar océano. Respetar la obra, su música, su profundidad, traer eso al español, respetando mi idioma, tratando de que se oiga esa música aquí, que no se pierdan ideas, el rozar de un pétalo de rosa, un suspiro, es demasiado. Lo intentaba, en cualquier caso. El autor dejaba cada noche dos páginas, nunca más que dos, sobre mi mesa. Que leía con avidez antes de ponerme a dormir. Al día siguiente las traducía. Si el autor rectificaba, yo también, así siempre, menos el último día, en el que yo traducía enseguida esas dos páginas finales para que acabáramos el trabajo en la misma fecha. Eso no constaba para nadie, era nuestro juego.

(Entrevista a Pilar del Río. Quimera. Revista de Literatura, junio de 2013).

Nº 355: junio de 2013

FOTO DE PORTADA: CAROLINA FIGUERAS ©

 

SUMARIO

El salón de los espejos

Entrevista a Javier Tomeo, por Iván Humanes

4

El cielo raso

Dossier: Literatura portuguesa

Fernando Clemot. De Orpheu a Presença: la entrada de Portugal en la modernidad

Antonio Sáez Delgado. Fernando Pessoa: Iberia. Introducción a un imperialismo futuro

Iván Humanes. Entrevista a Pilar del Río

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Glòria Salvadó Corretger. La palabra como imagen: el cine de Manoel de Oliveira

Entrevista a João de Melo

Miguel Real. La novela portuguesa: los novísimos

Martín López–Vega. Algunos poetas portugueses para el siglo XXI

La vida breve

Relato inédito de Hipólito G. Navarro

Los pescadores de perlas

Microrrelatos inéditos de Ana María Shua

El castillo de Barba Azul

Poema inédito de Antonio Gamoneda

La voz humana

Entrevista a Angélica Liddell, por Ana Vidal Egea

Angélica Liddell (foto 3)

Einstein on the Beach

Salvador Perpiñá. The innocents. El lugar de lo indecible

El ambigú

Gemma Pellicer: Polvo en el neón, de Carlos Castán

Francisco José Martínez Morán: Saliendo de la estación de Atocha, de Ben Lerner

Antón Castro: El abrigo de Proust, de Lorenza Foschini

Ubaldo R. Olivero: El vagabundo de las estrellas, de Jack London

Rubén Castillo Gallego: Todo lo que era sólido, de Antonio Muñoz Molina

Ricardo Martínez Llorca: Bajo el sol, de Bruce Chatwin

Rafael Mammos: Folk, de Fruela Fernández

Raúl Quinto: Tientos de erótica celeste, de José Val del Omar

Marta Badia: Poesía completa (Volumen II). Obra dispersa e inédita, de Javier Egea

El pianista

Entrevista a Cristina Sanmamed y Álvaro Muñoz, de la Librería Puerta de Tannhaüser, por Álex Chico

Foto La Puerta de Tannhauser

El apuntador

Yolanda Morató. Cuestión de estilo

El tercer acto

De tres en tres, de Juan Carlos Márquez

Cuestiones decadentes, de Julia Otxoa

Nacido así, de Rolando Sánchez Mejías